Mercenarios de Wagner entrenan a tropas bielorrusas, el control de Putin se desvanece

Históricamente, el presidente ruso Vladimir Putin ha buscado dominar Bielorrusia, con el objetivo de atraer al estado vecino a la órbita de Moscú, y en ocasiones el líder bielorruso ha sido caracterizado como un títere de Putin.

Pero a raíz de la rebelión armada del Grupo Wagner y su posterior exilio, el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, parece haber encontrado una oportunidad para explotar la debilitada organización mercenaria y reducir la dependencia de su país de Rusia haciendo que los despiadados combatientes entrenen a su ejército, algo en lo que Moscú Las fuerzas armadas han estado previamente fuertemente involucradas.

Lukashenko jugó un papel importante para poner fin al breve motín de finales de junio, mediando en las negociaciones entre el Kremlin y el líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin. Como parte del acuerdo, Prigozhin aparentemente fue exiliado en Bielorrusia, donde sus mercenarios tuvieron la oportunidad de unirse a él mientras se embarcaban en un futuro incierto.

Deseoso de aprovechar la situación, Bielorrusia se ofreció a acoger a los combatientes de Wagner en un campamento militar abandonado en el distrito central de Asipovichy del país para que pudieran proporcionar entrenamiento a las fuerzas armadas del país y, a mediados de julio, Minsk anunció que Wagner había comenzado a entrenar a los combatientes bielorrusos. unidades de defensa territorial.

Varias semanas después, esta asociación parece haberse ampliado.

Los combatientes de Wagner ahora están entrenando a tropas bielorrusas en ejercicios que normalmente se realizan en asociación con soldados rusos, según un análisis publicado el lunes por el Instituto para el Estudio de la Guerra, un grupo de expertos en Washington, DC, que ha seguido de cerca estos acontecimientos.

Los mercenarios de Wagner recientemente comenzaron a realizar elementos de "entrenamiento a nivel de compañía" de múltiples brigadas mecanizadas, que cubrían maniobras de infantería desmontada, evasión de drones y asalto con armas combinadas que incluía la integración de tanques y apoyo de artillería, según el análisis.

"Es notable el nuevo papel del Grupo Wagner en la formación empresarial bielorrusa", se afirma en el análisis. "El ejército bielorruso normalmente lleva a cabo este tipo de ejercicios con entrenadores rusos y confía en los planificadores rusos para cualquier ejercicio de múltiples brigadas, en los que ISW aún no ha observado la participación del Grupo Wagner".

George Barros, analista de ISW, dijo a Insider que "la rebelión fallida de Wagner planteó una muy buena oportunidad para que Lukashenko pudiera abrir opciones que permitieran al ejército bielorruso liberarse, tal vez en el lapso de un largo tiempo, de la dependencia estructural" de el ejército ruso.

ISW también destacó la reciente cooperación entre los mercenarios y una brigada aerotransportada bielorrusa que normalmente entrena con Rusia, y agregó que esta nueva dinámica sugiere que Wagner "puede tratar de suplantar las relaciones heredadas de unidades ruso-bielorrusas".

Estos cambios rompen con las normas que Moscú ha tratado de crear. Durante la última década, "el Kremlin ha tenido un gran éxito con su campaña de integración", dijo Barros, especialmente en el ejército. El ejército de Minsk es relativamente pequeño y carece de "tejidos conectivos", añadió Barros, porque las fuerzas rusas han "llevado a cabo una especie de toma corporativa exitosa de las funciones superiores de planificación y mando y control del ejército bielorruso".

Durante años, Bielorrusia ha dependido del apoyo económico y de seguridad de Rusia, especialmente cuando el país atravesó un período de agitación interna como resultado de las protestas a favor de la democracia. A su vez, Bielorrusia ha apoyado a Rusia en su invasión de Ucrania e incluso acordó permitir que Moscú almacene armas nucleares tácticas allí. Con el respaldo de Moscú, Lukashenko ha liderado Bielorrusia desde mediados de la década de 1990, aferrándose al poder a pesar de la oposición y en medio de elecciones cuestionables. Dado que Putin ha sido un aliado clave, durante mucho tiempo se ha considerado que Lukashenko está bajo el control del líder ruso.

Pero las secuelas de la rebelión de Wagner han expuesto algunas irregularidades en la relación entre los países. Lukashenko se jactó de haber salvado a Moscú del motín, que los expertos describieron como un momento "humillante" para Putin. Pero más que eso, parece estar aprovechándose de la situación.

"Quizás Lukashenko vio las consecuencias de la rebelión y se dio cuenta de que había fracasado", dijo Barros. "Prigozhin necesita un salvavidas, y Lukashenko tiene un problema que todos conocen: mi ejército depende sistemática y estructuralmente de los rusos. Ahora tienen un adversario común en Moscú y, de hecho, pueden beneficiarse mutuamente".

Al aprovechar la presencia de Wagner y los crecientes vínculos militares, Lukashenko parece estar debilitando la atracción gravitacional que Rusia ejerce sobre Bielorrusia. Y la medida lleva semanas gestándose.

El 17 de julio, Lukashenko firmó una ley que creaba una milicia popular, probablemente un grupo de voluntarios que se entrenarían con Wagner. Poco después, las tropas de Wagner comenzaron a entrenar a las tropas internas, confirmó el 25 de julio el subcomandante bielorruso de las tropas internas.

Prigozhin dijo en un vídeo desde el campamento de Bielorrusia a finales de julio que las fuerzas de Wagner permanecerían en Bielorrusia "por algún tiempo" y se prepararían para eventualmente dirigirse a África, donde la organización mercenaria ya tiene presencia en varios países y ha sido acusada de daños humanos generalizados. -Abusos de derechos humanos y una larga lista de atrocidades.

Lukashenko, por su parte, elogió a los combatientes de Wagner y acogió con los brazos abiertos el entrenamiento militar. Según el sitio de noticias estatal Belta, Lukashenko dijo el martes que los mercenarios "nos ayudarían totalmente gratis y nos transmitirían su experiencia".

"Necesito entrenar a mi propio personal militar porque un ejército que no lucha es medio ejército", dijo Lukashenko, según una traducción al inglés de sus comentarios. "Tú también lo entiendes perfectamente. No quiero pelear. No quiero que nuestros muchachos mueran. Por eso necesitan ser entrenados".

Y añadió: "Ellos darán consejos y dirán algo. Están muy satisfechos con nuestros guerreros. Dicen que son personas muy bien entrenadas y, lo más importante, quieren aprender".

Lukashenko también puede estar señalando su intención de utilizar a Wagner en la creación de una especie de "ejército por contrato" bielorruso que, según Barros y una actualización del martes de ISW, el bielorruso no tiene.

Pero si bien esto puede ser de gran interés para los responsables de la toma de decisiones en Bielorrusia, es probable que estos acontecimientos no sean una prioridad para Moscú.

"Están dando prioridad a derrotar la contraofensiva ucraniana en el sur", dijo Barros a Insider, añadiendo que las fuerzas rusas están centradas en "reconstituir sus fuerzas, prepararse para la próxima temporada de combates durante el invierno y, potencialmente, reagruparse para otra ofensiva".

No está claro exactamente cuántos cazas Wagner están operando en Bielorrusia, pero su presencia ha inquietado a algunos en Occidente, incluidos los países vecinos, Polonia y Lituania. Los funcionarios de los dos países de la OTAN expresaron su preocupación después de que Polonia dijera que más de 100 mercenarios Wagner se habían posicionado cerca de su frontera con Bielorrusia y que dos helicópteros militares bielorrusos habían violado su espacio aéreo, lo que Minsk negó.

Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, restó importancia a la preocupación y dijo que no hay indicios de que los mercenarios sean una amenaza inmediata para la OTAN.

"No somos conscientes de ninguna amenaza específica que Wagner represente para Polonia o para cualquiera de nuestros aliados de la OTAN, y obviamente lo estamos observando de cerca", dijo Kirby a los periodistas el martes, añadiendo que Estados Unidos todavía está comprometido a " defendiendo cada centímetro del territorio de la OTAN".

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